Aterrizaron cuando ya era de noche, y a penas podían ver algún lugarcito para que sus mariposas reposen y descansen.
Vainilla y Chocolate estaban convencidos que el bosque empinado sería una gran aventura para descubrir las pistas necesarias para encontrar sus semillas doradas. Pero era de noche, y debían acampar.
Armaron un par de camitas con hojas y ramas y cayeron rápidamente en un sueño muy profundo.
A la mañana siguiente, un par de Búhos gigantes los despertaron diciendo: ¿Qué hacen aquí?, quienes son ustedes?
Chocolate se levantó sobresaltado, y Vainilla apenas podía levantar las alas. Le explicaron a sus amigos nuevos quienes eran y de donde venían y porque estaban en el bosque.
Las semillas doradas están al otro lado de la colina, les explicaron ellos, para cruzar tienen dos caminos, puede cruzar a través del lago sereno, o sino, tomar la subida al monte pero deben hacerlo rápido, antes que oscurezca otra vez, por cualquier de los caminos, nosotros los guiaremos hacia ellos, porque el bosque empinado tiene un laberinto muy difícil de resolver.
Vainilla y Chocolate tomaron algunos frutos que había por allí y emprendiendo el camino que los llevaría a la próxima aventura. Se metieron al laberinto y se dieron cuenta que los búhos tenían razón. Tardaron un poquito en encontrar la salida pero juntos pudieron hacerlo!.
Bueno, hasta aca llegamos, ahora siguen ustedes hasta la próxima parada. Nos veremos pronto! y ojala encuentren las semillas doradas que tanto necesitan!
Gracias a ustedes por ayudarnos y acompañarnos!
Listos para subir la colina, con sus mariposas acompañándolos, comenzaron la subida.
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