Era una tarde demasiado lluviosa y gris. Pedro había estado esperando por varios días este momento, ya que su hermano mayor le había prometido llevarlo al parque a practicar futbol con sus amigos. Serían 5 o 6 en total. Ya habían pensando como organizar los juegos, y el almuerzo en forma de picnic. Estaba todo preparado!
La noche anterior, hubo una gran tormenta, mucho viento, una gran lluvia, árboles caídos y el parque inundado. Al despertarse Pedro y ver el día tan feo corrió hacia su hermano y le preguntó preocupado que pasaría con los planes que habían tenido para él y sus amigos. Tomy, el hermano mayor, le respondió. "No te preocupes Pedro, ya he coordinado un cambio de planes para vos y tus amigos. En un rato llegarán y podrán estar juntos tal cual lo habíamos pensado."
Pedro se puso muy contento al darse cuenta que sus planes no estaban del todo arruinados, que su hermano había arreglado todo para poder disfrutar de ese día. Corrió a su cuarto, sacó la ropa del armario preparada para ser el arquero del equipo y prontamente estaba listo.
Cuando salió de su cuarto, pelota en mano, guantes puestos y le mostró a su hermano lo preparado que estaba, allí justo cuando Tomy iba a decirle algo, sonó el timbre. Eran los amigos de Pedro que llegaban para el gran día.
"Hola chicos, bienvenidos", dijo Tomy.
"Gracias por invitarnos", respondieron la mayoría felices de estar todos juntos compartiendo un gran día.
En ese momento justo cuando Pedro lanzó la pelota hacia el comedor su hermano Tomy le explicó: "Pedro, la casa es pequeña y los muebles pueden dañarse así que no van a poder jugar a la pelota tal como habíamos planeado.....". Todos los niños protestaron: "Ves Pedro, tendríamos que haber suspendido el encuentro!!!!", dijo Tomás.
Juan, en cambio, exclamó: "Yo sabía que no iba a ser un día tan divertido como lo pensamos". Jacinto, se sentó en el piso mirando al techo.....
Pedro sacó un par de juegos pero nada les parecía divertido ni emocionante.
Por suerte, Alesia y Dipy, amigos de Vainilla y Chocolate, estaban afuera ya que habían percibido que cierto grupo de niños los necesitaban.
Dipy dió un salto por arriba de la ventana y cayó en la rodilla de Jacinto: "Buenas buenas como andan todos por aquí?". Los niños los miraron asombrados y les explicaron que estaban aburridos y a pesar de estar alegres porque no se había cancelado del todo el plan, no sabían como divertirse sin jugar al futbol.
"Ese no es problema", exclamo Dipy. Quizás pueden jugar al futbol pero no de la misma forma que lo habían planeado. Alesia miró a su compañero de aventuras y se dió cuenta lo que estaba pensando. Tomo unas bolitas, tipo canicas que había en una caja y sacó unos soldaditos de madera que Tomy tenía guardados. Dipy coloco 3 soldados contra otros 3, la pelota en el medio y les explicó a los niños como armar partidos, competencias, y como hacer un gran torneo de futbol en el living de su casa.
Toda la tarde hubo risas, carcajadas, muchos goles y sobre todo, amistad y unión entre Pedro y sus amigos. Tomy los miraba muy feliz porque había podido ayudar a su hermano a llevar adelante el encuentro tan esperado.
Alesia, hada de la Alegría y Dipy, Duende de la diversión, emprendieron su regreso a casa.