sábado, 10 de abril de 2021

9. Secretos frutales

Estela era una niña que le encantaba ayudar a su tía Graciela a cocinar en la tienda de tortas más famosa de la ciudad. Graciela era una excelente pastelera que trabajaba día y noche haciendo los más ricos manjares para sus clientes. A Graciela le encantaba hacer todas las semanas nuevos pasteles y licuados para que los niños de la ciudad degusten con sus padres cuando iban a comprar  a su panadería.

Esa mañana, Estela estaba en la panadería porque su tía le había pedido ayuda. Quería hacer unos budines nuevos pero se dio cuenta que le faltaban un par de ingredientes así que la dejó a cargo por un par de horas. Estela debía atender a los comensales que se acercaban, vender en la pastelería y mantener todo el lugar limpio y fresco.
Al llegar la media mañana, era la hora de mayor cantidad de clientes esperada para desayunar y comprar los deliciosos manjares. Estela veía que cada vez llegaba más gente y ella no podía sola. Además, se estaba empezando a inquietar porque se acababan los bocados y dulces, y ya no tendría que ofrecerle a quienes se acercaran a comprar. Por suerte,  se acordaba la receta de su abuela, de las dulces rosquillas moradas, así que fue a la cocina y se dispuso a hacer la mezcla rápida para tenerlas listas para el próximo turno. Cuando estaba por comenzar se dio cuenta que le faltaba el ingrediente más importante: Las Moras!

Vainilla y Chocolate andaban cerca esa mañana. Estaban recogiendo frutas en el Valle Encantado para la fiesta de la noche de luna. De repente Vainilla sintió que sus ojos cambiaban de color, y a Chocolate  su pelo se le torno oscurísimo. Ambos se miraron y decidieron ver que sucedía con Estela.  Al llegar a la Pastelería la vieron a la niña, envuelta en  harina, con las manos llenas de manteca y los moldes preparados: Hola Estela!, dijeron al mismo tiempo. ¿ Que sucede por aquí?.
Estela respondió: "Que bueno que vinieron!", necesito ayuda para terminar de hacer las rosquillas de mora para mi tía Graciela, que está en el supermercado  y aquí en la pastelería nos hemos quedado sin postres ni bocados.
Vainilla respondió: "Justo estábamos recogiendo algunas frutas, y Chocolate tiene una receta de budines frutales que puede enseñarte ahora mismo". A partir de ese momento, Vainilla, Chocolate y Estela, agregaron algunos ingredientes más a la mezcla, cortaron la fruta, y prepararon los moldes y el horno a la temperatura justa.

Al cabo de quince minutos, los budines frutales y las rosquillas moradas estaban listas!. Vainilla y Chocolate ayudaron a Estela a decorarlos y servirlos en las preciosas fuentes que su tía Graciela tenía preparada para las ocasiones especiales.  Justo en el momento en que los colocaba arriba de las mesas y mostradores, Graciela volvió del mercado: "Estela!, que gran trabajo has hecho! y que delicioso aroma hay en al pastelería!"
Estela le contó a Graciela la enorme ayuda que había recibido, a pesar que no reveló los secretos culinarios de sus mágicos ayudantes.
Vainilla y Chocolate volvieron al Valle, donde todavía les quedaba mucho trabajo por delante!.