domingo, 12 de febrero de 2023

En busca de las semillas de oro: Emprendiendo el Viaje

 Hacía muchos días de un calor muy intenso en la Pradera Dulce Miel. Vainilla estaba preocupada porque en el valle de los girasoles de oro había notado  que comenzaban a secarse algunos tallos y a caerse varias hojas y pétalos. El girasol de oro era una de las fuentes de vida más importantes para la comunidad de Hadas ya que utilizaban sus propiedades para varias funciones: las abejas hacían la miel con el polen de las flores, del tallo extraían un aceite de savia para dar brillo y fuerza a las alas de cada hadita, los pétalos eran los protagonistas de los postres más ricos y además de todo eso, la flor era símbolo de la alegría y la fuerza de toda la pradera. 

En los últimos 10 días  la sequía de los girasoles se había convertido en el único tema de conversación de cada rincón. Vainilla y sus hermanas notaban la preocupación de todos y sabían cual era la solución pero nadie se animaba a proponerla: "No queda opción!, tendremos que ir al Centro del Rincón de Fuego y buscar más semillas.", expreso Vainilla con mucha seguridad.

"Pero hermana, el camino es muy largo y tiene muchos obstáculos, la última vez que un grupo de hadas fue hasta allí nunca volvió y no sabemos que sucedió realmente, tengo miedo que si vas algo terrible te pase", le dijo Dulce de Fresa a Vainilla.

"No tenemos opción, todos lo sabemos", Vainilla contestó. 

En ese momento Chocolate y Café llegaban a la Pradera para saludar a sus amigas las hadas y pasar una tarde tranquila y calma. Cuando Dulce de Fresa lo vio llegar exclamó: " Que bueno tener amigos como ustedes!, los necesitamos y acá están". Las haditas le contaron a Chocolate el viaje que planeaban y el no dudó ni un momento en acompañar a Vainilla a la mágica e inquietante aventura. 

"Debemos tomar y llevar el cofre cristal para guardar la mayor cantidad de semillas posibles cuando las encontremos. Vainilla toma lo que necesites porque tendremos un largo viaje, serán varios días de caminos y sorpresas inquietantes pero juntos podremos hacerlo. Llevaremos a Café para que nos guie en el camino, y volveremos con todas las semillas necesarias para que los girasoles de oro vuelvan a crecer con fuerza y energía.", afirmó Chocolate.

Así Vainilla y Chocolate emprendieron un largo viaje. En sus mariposas gigantes sobrevolando por lo bajo la pradera y el valle, pudieron tomar el camino hacia "El bosque empinado" que desde lejos ya se veía oscuro y temeroso.