domingo, 26 de julio de 2020

8. Canela y Café

Era uno de los eventos más importantes del Valle Merengue Encantado, el "Festival Mascotero de Otoño". En él, todos los duendes y hadas lugareños presentaban a sus mascotas, y contaban una anécdota divertida con cada uno de ellos.  Era un día en donde todos, absolutamente todos, dejaban sus quehaceres para dedicarles un día completo a sus compañeros eternos, de aventura; a aquellos seres increíbles que siempre están con nosotros cuando los necesitamos.
Vainilla y Chocolate todos los años esperaban con mucha emoción ese día porque presentaban con gran entusiasmo las divertidas aventuras vividas con Canela, y Café.

Canela es la conejita más saltarina de Pradera Dulce Miel, es  famosa en la aldea porque ama comer margaritas y manzanas, y lamentablemente, detesta las zanahorias.
Llegó a la vida de Vainilla cuando era a penas una niña de 2 años, y desde ese instante han sido compañeras inseparables día y noche, noche y día. Cada mañana al despertar, mientras Vainilla desayunaba, Canela preparaba su ágil cuerpito para ir a recoger flores a la pradera. Mientras Vainilla recogía Rosas, Gerberas y Liriums para sus lazos y accesorios, Canela se deleitaba con algunos tallos de Margaritas que Vainilla recogía para su Madre. Desde esos paseos, que daban de pequeñas, Canela eligió a dicha flor como su banquete preferido.

Café es el perro más fiel y guardián del Valle. Chocolate es su dueño pero Café es el encargado de custodiar y proteger la aldea y a todos sus habitantes. Es muy atento y fortachón, y le encantan las largas caminatas mientras su dueño, el duende más inquieto de todos los tiempos, recorre el Valle en busca de más aventuras. Café también llegó a la vida de Chocolate cuando él era  un bebe, y desde ese momento, lo protege sin despegarse  ni un solo segundo.

El día del Festival, Vainilla y Chocolate habían decidido contar como anécdotas en esa oportunidad, el origen de los nombres de sus mascotas.

Vainilla comenzó: -"Cuando tenía 2 años, una tarde de primavera en la que estaba al cuidado de mi abuela, ella se encontraba cocinando sus deliciosos rolls de Canela y Cacao. Yo estaba en la cocina, y aunque mis recuerdos son escasos, mi madre siempre me cuenta con alegría  aquel momento. Mi abuela estaba muy concentrada haciendo la masa mientras yo jugaba con mi hermana mayor.  Mamá y Papá habían salido, yo no sabía bien a hacer que.
Luego de un rato largo con la mezcla en mano, mi abuela se dió cuenta que para terminar sus pasteles le hacia falta el principal ingrediente..... Ýo estaba muy preocupada porque quería tomar la merienda con los riquísimos rolls de Canela de la abuela.
Había pasado un tiempo ya, la masa se estaba horneando, cuando mamá y papá entraron de repente a la cocina (habían vuelto pero nadie había advertido que ya se encontraban otra vez en casa). Al darme cuenta, dicen todos que yo exclamé: Trajeron Canela!!!! y en ese instante una hermosa coneja color te con leche saltó de la caja que papá tenía en brazos..."
Aquella tarde los rolls se convirtieron en Medias Lunas pero una nueva integrante llego para quedarse.

Chocolate ansioso y emocionado relató a continuación: -"Lo nuestro es más simple, Café nació el mismo día que yo, cuenta mi familia. Sus padres eran los perros guardianes del Valle, y ahora el nos cuida a todos. Su nombre casi lo eligió solito, a las poquitas horas de nacer, buscando un lugar calentito donde dormir, llegó a nuestra cocina y se acurrucó en el saco de la tonelada de café molido que papa siempre se encargada de despachar a todas las familias de la aldea.
Esa noche tampoco hubo despacho, pero Café quedó en nuestra familia y en nuestro corazón para siempre...."

Así el festival llego a su fin, luego de un día inolvidable de aventuras, anécdotas y sobre todo mucho amor dedicado a los amigos más fieles, y más adorables. Vainilla y Canela regresaron a su hogar y se despidieron de sus amigos hasta la próxima aventura.