Al ingresar a la pradera comenzó a buscar lo que el estaba necesitando, las grandes mariposas que podían cargarlo para darle un paseo. Al doblar justo en la esquina, paseando por los caminos de doradas palmeras, de repente, ahí las vio...
Hermosas, brillantes, de diversos tamaños y magníficos colores, todas posando en plantas, palmeras o piedras.
"Hola!, soy Nala, la líder de este grupo, tu que buscas por aquí?. ¿Necesitas algo en particular o solo esta dando un paseo?".
-"Bueno, en realidad ni una cosa ni otra", respondió Chocolate un poco avergonzado. "Vine porque hoy me levanté con muchas ganas de hacer algo distinto, de lo que hago habitualmente, y se me ocurrió que quizás podría volar".
-"Volar?, preguntó Nala..."Pero tu no tienes alas, no eres un Hada...".
-"Y, no....", dijo Chocolate. " Por eso he venido hasta aquí. Se me ocurrió que quizás alguna de ustedes podría darme un paseo cortito".
Nala lo miró y se quedó pensando por qué el pelo de Chocolate cambiaba de un color marrón a un color anaranjado.
-"OH!, que le pasa a tu cabello?", preguntó de inmediato la Líder de todas la mariposas.
-"OH!, NO!,", exclamó Chocolate!, un niño necesita mi ayuda...! " Justo ahora que he venido hasta aquí y que tenía ganas de volar!, y ahora tengo que irme".
-"Súbete arriba mio, y yo con gusto te llevaré a la casa de ese niño que necesita tu ayuda", le propuso Nala.
Inmediatamente Chocolate dio un salto y se posó por encima de la gigante y amable mariposa, juntos emprendieron un gran paseo sobrevolando la colorida pradera y Chocolate pudo llegar sin problemas a la casa del niño que tanto lo esperaba.